Límites abiertos para la tecnología y la accesibilidad
Gracias a la tecnología el hombre puede superar sus límites físicos, sensoriales y, con Internet y las nuevas tecnologías, superar sus límites cognitivos.
Hace mucho tiempo que superamos esa situación de ser un mamífero sin garras, colmillos o pelaje desprotegidos en la intemperie y expuestos a cualquier daño de nuestro entorno.
Las ciencias y la investigación han permitido al hombre, gracias a la tecnología y sus productos, superar esa situación límite. Para ello utilizamos la tecnología para crear productos de apoyo que permitan mejorar nuestras capacidades físicas, sensoriales y cognitivas en aquellas situaciones en las que encontremos una incapacidad para acceder a un contenido o elemento.
Esta descripción de personas utilizando herramientas para acceder a contenidos es algo muy habitual ya que es la descripción habitual de lo que hacen personas con discapacidad para acceder a Internet, moverse por la calle o participar en la sociedad.
La realidad es que todas las personas somos personas con discapacidad ya que no existe nadie en el mundo cuyas capacidades físicas, sensoriales y cognitivas sean perfectas o suficientes para todas las situaciones planteadas por la vida actual.
Es por esto que debemos conocer que los productos de apoyo como lectores de pantallas, sillas de ruedas, licornios o muletas no son muy diferentes del uso de otros productos de apoyo más antiguos y más aceptados socialmente como son unas gafas graduadas, un bastón o un cuchillo de cocina.
Las personas tienen distintas capacidades y distintas necesidades y cuando una capacidad es insuficiente para satisfacer una necesidad nos encontramos ante una situación discapacitante. Desde la persona ciega que no puede ver la pantalla de su ordenador a la persona que necesita comunicarse con alguien en el otro punto del planeta todos podemos superar esas situaciones discapacitantes gracias a la tecnología. Pero debe ser una tecnología responsable, útil, hecha por y para personas diseñada de forma universal, creada para que sea accesible y usable por personas.
Estas frases encierran una verdad que, poco a poco, está siendo reconocida por cada vez más personas: todos somos discapacitados. Esto se debe a que todos somos diversos, tenemos distintas capacidades, especialidades, distintas necesidades y distintos conocimientos. Pero ante tanta diversidad hay algo que nos une a todos y nos afecta a todos por igual: las personas tenemos una enfermedad común: todos envejecemos. Esta frase nos debe permitir comprender que aunque actualmente a una edad en que nos sentimos jóvenes, estamos en una condición física más que aceptable, vemos y oímos perfectamente e incluso pensamos de forma correcta con el paso del tiempo iremos envejeciendo y nuestras capacidades físicas, sensoriales y cognitivas irán a peor. Sólo debemos observar a nuestros padres y abuelos para aceptar el hecho de que una persona mayor tarda un poco más en pensar, recorrer un trayecto andando o tiene problemas para leer y escuchar. Todos somos y seremos personas con discapacidad por lo que debemos preocuparnos por una tecnología que sea útil para personas con y sin discapacidad.
La tecnología evoluciona junto con las personas que la crean y la utilizan
Pero esta tecnología responsable y universal disponible en la actualidad no siempre fue así. Las ciencias y el conocimiento de la humanidad han evolucionado junto con la historia y la tecnología ha seguido esa estela de evolución.
Actualmente vivimos en una sociedad global en la que todos somos conscientes de lo diversos que somos pero también de nuestras semejanzas. Raza, credo, nacionalidad ya no son argumentos aceptados para crear barreras sociales por la mayoría de personas en el planeta. El criterio ecológico es cada vez más aceptado por la población mundial y la presencia de personas con distintas capacidades y discapacidades es aceptado. Ya no se oculta la presencia de un hijo o un abuelo discapacitado en casa y la escuela admite a cualquier alumno.
Gracias a esta consciencia global mejorada la tecnología ha adoptado requisitos de diseño relacionados con las personas y la diversidad que las rodea. En el pasado quedan esas interfaces de aplicaciones software creadas por ingenieros para ser utilizadas por ingenieros, esos sistemas de control basados en línea de comandos o esos electrodomésticos en los que para programar la hora del reloj del video había que leer 3 páginas de un manual.
En nuestras manos está que esta tecnología siga mejorando en la dirección correcta y para ello debemos trabajar por y para una tecnología abierta, compartida, hecha por y para personas.