Open Source Seed Initiative, garantía de diversidad
Vas a un restaurante y pides una ensalada. El camarero te sirve un plato con un aspecto extraordinario que contiene lechuga, tomate zanahoria, maíz, pimiento, cebolla… y mucha propiedad intelectual. Como lo oyes. Prácticamente todos los ingredientes que tienes en el plato de ensalada que tienes delante están patentados. De hecho, estaban patentadas las semillas que fueron plantadas unas semanas atrás y que se han convertido, por ejemplo, en este sabroso pimiento que estás a punto de ponerte en la boca. Esto quiere decir que esta semilla era propiedad de una empresa, y no se podía copiar, ni reproducir, ni siquiera compartir… aunque quien la necesite pase hambre.
Pero aún hay más. Sólo tres empresas se reparten el 53% de las ventas mundiales de semillas. Por lo tanto, es difícil que en esta ensalada que tienes delante no te comas algo propiedad de Monsanto, DuPont o Syngenta, las tres multinacionales que dominan el mercado1. ¿Pero por qué hay empresas que invierten tanto dinero en patentar un pimiento?
Durante milenios, los agricultores han mantenido las semillas como patrimonio común. Las intercambiaban e intentaban mejorar las diferentes especies, para hacerlas más resistentes, o con mejor gusto. Por ejemplo… todas las almendras eran, originariamente, amargas. El almendro creaba pequeñas dosis de cianuro para proteger sus frutos del apetito de los pájaros y de no ser así no habrían llegado hasta nuestros días. Pero una vez salió un árbol «defectuoso» con almendras dulces. Un campesino se dio cuenta y aprovechó sus semillas para cultivar un fruto seco de lo que hoy se producen cerca de 2 millones de toneladas anuales2.
A principios del siglo XX los primeros descubrimientos en genética hicieron crecer exponencialmente el número de variedades de cada vegetal. Y si bien, inicialmente, las instituciones públicas se limitaban a clasificarlas y volverlas a poner a disposición de los agricultores, las empresas que a partir de los años ochenta comenzaron a invertir grandes sumas de dinero en ingeniería genética y biotecnología presionaron las administraciones para proteger sus creaciones. Así, desde el año 1991, los agricultores no pueden intercambiar o vender semillas patentadas e, incluso, su reutilización (el uso de semillas producidas por la planta original) está extraordinariamente restringida. Actualmente, cada mes se solicitan cientos de nuevas patentes de semillas y las empresas no dudan ni un minuto en llevar a los tribunales a aquellos agricultores que no respetan la propiedad intelectual de su producto. Este escenario ha llevado a que en cultivos como el maíz o la soja, a día de hoy no haya ninguna variedad libre.
Ante este escenario, en mayo de 2014 un grupo de investigadores de la University of Wisconsin-Madison presentaron la Open Source Seed Initiative (ver). Se trata de un banco de semillas libres, utilizables por cualquier persona o empresa y de las que no se pueden reclamar derechos sobre la propiedad intelectual, ni de las semillas ni de las variedades que se obtengan a partir de ellas. Los dos años de investigación han permitido presentar un primer catálogo con 37 variedades, pero ya se está trabajando para ampliarlo.
Uno de los impulsores de la iniciativa, Irwin Goldman, afirmaba en la revista Fast Company que el proyecto está inspirado en el movimiento informático del open source y que tiene por objetivo garantizar la diversidad y el acceso a los productos alimenticios vegetales3. Para Goldman, «cualquier cosa que contribuya a la diversidad del sistema alimentario es bueno para todo el que come, porque no sabemos qué necesidades de cultivo tendremos en el futuro». Y es que como dijo al diario británico The Guardian otro de los responsables del Open Source Seed Initiative, Jack Kloppenburg, «los grandes productores son conscientes de que el control de las semillas supone, casi, el control de toda la cadena de producción alimentaria»4.
En poco más de un año más de 300 productores de semillas orgánicas de 14 países diferentes se han interesado por el proyecto y muchos de ellos ya han incorporado en sus catálogos de productos las semillas open source. Por lo tanto, hoy ya es posible comerse una ensalada totalmente libre.
En los últimos años, la globalización y las economías de escala prácticamente han borrado del mapa a los pequeños productores, que no podían competir con precios en el mercado. Y esta afirmación se podría aplicar a un pimiento o un software de gestión empresarial. Pero las cosas están empezando a cambiar. La economía cooperativa y los modelos de negocio open source plantean una alternativa basada en competir menos y compartir más. Proponen olvidarse de todo lo que pueda hacer la competencia y centrarse en mejorar los propios productos tan rápido como sea posible. Ofrecen invertir menos en abogados y más en ingenieros.
Los beneficios de esta forma de entender los negocios son indiscutibles. Las inversiones se concentran allí donde realmente hace más falta. Las mejoras llegan antes. Las aproximaciones a los problemas son más variadas. Los precios de los productos son más asequibles. Y la variedad está garantizada.
Este último aspecto es muy importante. Las personas, las empresas, los colectivos somos diferentes. Y esta diversidad es la que nos enriquece, pero al mismo tiempo nos genera necesidades específicas y singulares. Fijémonos en el campo de los ERPs, por ejemplo. Las herramientas de gestión empresarial hechas por los grandes fabricantes como Microsoft, SAP o SAGE están diseñadas para atender las necesidades de un perfil determinado de empresa. Pero ¿quién responde exactamente a este perfil? La paradoja de Simpson explica que los resultados de un análisis estadístico pueden concluir en un resultado falso. Es decir… Podemos decir que la media de empleados de las empresas de un municipio es de 8 trabajadores, sin que haya ninguna empresa con 8 trabajadores. O sea que tu empresa, que no tiene 8 trabajadores, tendrá una herramienta ideal para empresas de 8 trabajadores. ¿No es mejor disponer de una herramienta pensada, diseñada e implementada específicamente para tu empresa y tus necesidades?
Al igual que en el Open Source Seed Initiative, en NaN·tic trabajamos cada día para garantizar la diversidad de opciones en la alimentación y el crecimiento de las empresas.
FUENTES
- » http://greens-efa-service.eu/concentration_of_market_power_in_EU_see_market/#1 ”. The Greens / European Free Alliance. 2014.
- » http://faostat3.fao.org/home”. FAOSTAT de les Naciones Unidas. 2013.
- “Open-Source Agriculture: The Sprouting Of A New Food Movement?”. Fast Company. Jessica Leber. Junio de 2014.
- «Fighting the seed monopoly: ‘We want to make free seed a sort of meme’«. The Guardian. Sarah Shemkus. Mayo de 2014.
Agradezco este magnífico descubrimiento. Espero usarlo como ejemplo 😉
Gracias a ti por leerlo y utilizarlo.
Muy interesante y muy bien redactado.
Con tu permiso haré un CC BY NaN-tic
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