De cómo Walmart abrazó el open source para tomar el control de su destino
Hablar de Walmart es hablar de un gigante. Nadie en el planeta Tierra vende más cosas que Walmart (1). Hay más personas en su plantilla que en el padrón de la ciudad de Barcelona o que en cualquier ciudad de los Estados Unidos (exceptuando Nueva York, Los Ángeles y Chicago). O que en el ejército chino. Cada semana 140 millones de compradores se acercan a sus puntos de venta. Los ingresos del año 2014 fueron de 476.000 millones de dólares, más que los ingresos de Apple, Amazon, Coca-Cola, Macy ‘s y Walt Disney Co. Juntos (2). Cuatro de los miembros de la familia fundadora de Walmart están entre las doce personas más ricas del mundo (3). Si Walmart fuera un país tendría el 28º PIB mundial, situado entre Noruega y Austria. Walmart es indiscutiblemente enorme.
Y para una empresa de estas magnitudes no hace falta decir que el posible coste de las licencias de un software no son un problema. Tampoco es que Walmart sea una empresa alternativa y firmemente comprometida con el conocimiento y la cooperación. Y tampoco es el caso que se quiera aprovechar de las líneas de código que otros produzcan. Y a pesar de todo está empezando a adoptar tecnologías open source para gestionar su negocio. ¿Por qué?
Es evidente que cuando un 44% de la población viene cada semana a comprar a tus puntos de venta tu margen de crecimiento en el «brick-and-mortar» (en las tiendas físicas) es muy reducido. Además, las conductas de los consumidores son cada vez más digitales. Y la competencia, llamémosle Amazon, está perfectamente posicionada y ya factura siete veces más que tú vendiendo a través de Internet (4). Y la distancia no para de crecer. Tienes que hacer algo.
Ante este escenario, hace cuatro años Walmart tomó una decisión estratégica muy relevante: decidió que no podía depender completamente de proveedores tecnológicos externos. Su negocio de e-commerce de 12.200 millones de dólares anuales no podía estar sólo en manos de programadores de Microsoft o Rackspace. Jeremy King, el responsable tecnológico de la compañía lo explicaba así en The New York Times: «Decidimos recuperar el control de la tecnología y, en gran medida, producirla nosotros mismos» (5). De esta manera, desde el año 2012 Walmart ha construido sus propios data centers, ha adquirido start-ups tecnológicas y ha comenzado a desarrollar su software mediante plataformas de código libre como OpenStack.
Hoy, uno de cada mil empleados de Walmart es un ingeniero que muy probablemente a estas horas esté programando en Silicon Valley algo relacionado con el comercio electrónico y el cloud computing. Y es que Walmart necesita diversificar los proveedores de cloud, dado que las ventas durante la temporada de Navidad pueden multiplicarse por 10 respecto a cualquier otra época del año. Y no hay ningún proveedor individual que pueda cubrir esta necesidad. Por este motivo, ya en el año 2013 Walmart adquirió OneOps, una pequeña empresa que facilita la migración de datos entre diferentes proveedores de cloud services. Ahora Walmart ha decidido que invertirá recursos en OneOps y la convertirá en una empresa open source.
Los beneficios de este movimiento son múltiples:
- Eliminará los riesgos de «cloud lock-in» o de monopolio de proveedores de servicios en la nube
- Estimulará la competencia entre sus proveedores
- Devolverá experiencia y conocimiento en la comunidad open source
- Incrementará su credibilidad como empresa tecnológica, lo que le permitirá reclutar a más y mejores ingenieros y programadores
No se puede decir de ninguna manera que Walmart sea una empresa open source. De hecho, también está invirtiendo mucho dinero en desarrollar un sistema propio de pago a través del móvil mediante códigos QR (6). Pero ha entendido que es fundamental tener la tecnología accesible y bajo control. Ha visto que debe poder intervenir directamente, sin limitaciones. Debe eliminar la posibilidad de verse obligada a depender de un único proveedor externo. Y con todo ello ha comenzado a constatar los beneficios de apostar por el código abierto.
El control de la tecnología es esencial para hacer funcionar un negocio, y trabajar con un entorno transparente y abierto garantiza una adaptación exacta a las necesidades y una actualización tecnológica permanente, sin vínculos con los grandes fabricantes. Y eso es bueno para Walmart y para la pequeña empresa que tenemos cerca de casa.
Además, el caso de Walmart también sirve para borrar definitivamente aquella desfasada idea de que el open source sólo interesa a quien no puede pagar las licencias de programas más populares. Más bien al contrario. El open source interesa a todo el que quiera tomar el control real de su compañía.
FUENTES
- “Forbes”. Llista Forbes. Consulta a enero de 2016.
- “Fortune 500”. Llista Fortune 500. Consulta a enero de 2016.
- “Bloomberg”. Bloomberg Billionaires Index. Consulta a enero de 2016.
- «There’s one thing that everyone is getting wrong about the war between Walmart and Amazon”. Business Insider. Noviembre de 2015.
- «Walmart Takes Aim at ‘Cloud Lock-in’”. The New York Times. Octubre de 2015.
- «Walmart Pay Ups The Ante In E-Commerce”. Forbes. Diciembre de 2015.
Excelente medida, que debería ser imitada por los organismos públicos en general.