Hardware libre como movimiento social

David Cuartielles, uno de los cofundadores de Arduino lo tiene claro: “La tecnología está aquí para ayudarnos a hacer un mundo mejor. Y creo que tenemos una serie de retos sociales, medioambientales y económicos delante de nosotros que podemos mejorar usándola». El País.

El hardware libre de Arduino no ha supuesto una revolución tecnológica, sino social. Poder acceder a una serie de placas, conectores, leds, cables y código, ha conseguido crear todo un ecosistema de conocimiento libre que no solo ha permitido a miles de personas aprender los básicos de la electrónica, sino democratizar una serie de conocimientos que antes no eran tan accesibles al usuario corriente. Dentro de estos nuevos usuarios que han conseguido aprender como nunca antes están los jóvenes, que tanto en escuelas como por su cuenta, han descubierto un mundo nuevo de conocimiento y aprendizaje que les ha llevado a proyectos mucho más ambiciosos que hacer parpadear una luz al son de la música de 8 bits.

Desde el lanzamiento de Arduino han salido muchas copias, en ocasiones clones, de este hardware libre. Pero ese mismo espíritu de cambio y apertura es lo que ha hecho que Arduino no solo sea un éxito como producto, sino como concepto. Ahora cualquiera puede encargar una placa por mensajería, bajarse el código de internet y construir su propio ordenador sin necesidad de muchos conocimientos. Uno de los ejemplos más claros en cómo está cambiando el paradigma de la educación es la manera en la que los jóvenes adquieren este tipo de conocimientos. Ahora programar ya no es algo reservado únicamente a los informáticos, sino que se puede aplicar, y de hecho se aplica, a multitud de campos como la música, el marketing, la logística o la venta al por menor. El hardware libre ha dejado hace tiempo de ser simplemente un elemento más de la cultura libre a ser un movimiento social en el que la comunidad y el conocimiento libre es su eje central.