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Oct

Mishi Choudary defendiendo a los gigantes del open source

La abodada Mishi Choudhary afincada en Nueva York es la fundadora del Software Freedom Law Center (SFLC) de Nueva Delhi y directora legal de la sede de la organización en la Gran Manzana.

“Casi todas las grandes compañías, como Oracle, Microsoft, Google, IBM y Facebook, tienen desarrolladores que trabajan con FOSS”, señala Choudhary. Desde 2005, más de 11.000 desarrolladores de 1.200 empresas, entre las que se incluyen las citadas por la abogada, han contribuido a mejorar Linux. Pero, pese a que su uso está cada vez más extendido, las licencias de ‘software’ libre continúan suscitando dudas de las que no se libran ni sus propios usuarios.

El software libre y de código abierto (también conocido como FOSS o FLOSS, siglas de free/libre and open source software, en inglés) es el software que está licenciado de tal manera que los usuarios pueden estudiar, modificar y mejorar su diseño mediante la disponibilidad de su código fuente. El apellido «libre» viene otorgado por el tipo de licencia que un autor usa para distribuir la herramienta: aquellas que utilizan términos que permiten modificarla y compartirla la convierten en un producto FOSS. De esta forma, cualquier persona debería poder ejecutarla para cualquier fin y sin necesidad de ningún permiso extra, analizar el código libremente, modificarlo o mejorarlo completa o parcialmente y compartirlo con otros.

Legalmente, los programas informáticos están protegidos con derechos de propiedad intelectual o industrial que otorgan a su creador el control sobre lo que puede o no puede hacerse con ellos. «Los propietarios de estos derechos pueden permitir a otras personas copiar o modificar su trabajo», indica Choudhary. «Es lo que se llama licencia».

El principal objetivo de los creadores de una herramienta es preservar su integridad y calidad –un tercero podría modificarla para causar algún daño y, aun así, mantener el nombre de la marca original–. Por eso, en algunos casos, si una empresa modifica y distribuye un programa, puede verse obligada a ponerle un nuevo nombre para evitar que los usuarios achaquen los posibles fallos a su creador original al mantener la marca.

No hay un solo tipo de licencia de ‘software’ libre y de código abierto. Algunas de ellas tienen condiciones muy laxas, como las llamadas licencias permisivas y el dominio público, que permiten modificar y distribuir una obra tanto con la misma licencia libre elegida por el autor original como de forma propietaria.

La más utilizadas son las llamadas «copyleft» Sus partidarios las proponen como alternativa y defensa contra las restricciones al público en las que normalmente incurren los editores y la industria del entretenimiento.​ Ofrecen una licencia libre, y al mismo tiempo una cláusula adicional (el copyleft) protege los derechos expuestos en la licencia de intentos subsecuentes de privatización (mientras dure el derecho de autor). Están destinadas a defender los derechos de los usuarios y no solo de los propietarios de una obra.

Toda esta complejidad requiere que tanto empresas experimentadas  como ‘startups’ recurran a los servicios de abogados que les guíen en esta materia. Entre los clientes de Mishi Choudhary se encuentra también la Free Software Foundation, a quien representaron y asesoraron durante todo el proceso de consulta pública de la última versión de la licencia pública general de GNU (GNU GPL), una de las más extendidas en el universo del ‘software’ libre y de código abierto (FOSS). Es la heredera de la primera licencia descrita por Richard Stallman.

Fuente:

https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2017-09-30/abogada-software-libre-mishi-choudhari_1452319/

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