Promesas incumplidas
Durante años hemos escuchado un repetido mantra “este es el año de Linux” y casi como una maldición la promesa se pasa para el próximo año, fue así durante varios años. Pero que hoy podemos dar una mirada a esta promesa incumplida desde una nueva perspectiva.
Comenzaremos con una pregunta ¿Es necesario, importante y vital que Linux sea dominante en el escritorio? Actualmente Linux es un “dictador absoluto” en el área de los supercomputadores, además de ser dominante en el mundo de los servidores y los sistemas móviles (Android) y no parece revestir demasiada importancia el dominio en el mundo del escritorio. Uso Linux en forma exclusiva por más de dos décadas, y siempre he podido trabajar en forma total, al igual que lo hubiera realizado con Mac y/o Windows. O sea, en mi experiencia personal puedo descartar la supuesta imposibilidad de trabajar con Linux en forma permanente. A cualquier programa propietario le corresponde un equivalente en Linux, claro está, que a veces mejor, otras no tanto, lo seguro distinto. La ventajas de un sistema operativo Linux es que su código puede ser auditado por cualquiera -que sepa o aprenda como hacerlo-, algo que no puede realizarse con las “cajas negras” del código propietario, protegidos con leyes además de que jamás podemos leer su código fuente. El sistema operativo Linux está constituido por una gran diversidad de “gustos” o distribuciones, las cuales, muchas de ellas están diseñadas para cumplir diferentes tareas en forma eficiente y especializada. En el campo propietario solo existen “distribuciones únicas” y oficiales, no existe el derecho a bifurcación, derecho de copia, modificación y distribución. La gran diversidad del universo Linux, permite sistemas operativos para computadores “viejos”, de última generación, orientadas a seguridad, otras a privacidad, a desplegar contenedores, entornos de programación, etc.
En todos mis años utilizando Gentoo, Debian o Arch, jamás sentí que el pertenecer a un reducido porcentaje de menos del 0% de usuarios, incidiera en la calidad del software que utilizaba o en la eficiencia de mi trabajo. Más bien los problemas, comienzan al tener que compartir con archivos no estándar, muy utilizados por empresas propietarias a los efectos de producir un efecto “rehén” sobre lo usuarios, pero eso no es problema de Linux, es un política de las empresas de software propietarias. Nada me impidió trabajar durante todos esos años con Linux en forma eficiente y confortable.
Mi primer conclusión: no es realmente importante el dominio del escritorio por parte de Linux, la diversidad y las 4 leyes del software libre son la mejor garantía para un desarrollo sólido y estable, sin perder de vista el componente innovador del software libre. Su desarrollo se apoya en una comunidad de programadores y usuarios, muy diferente al esquema propietario, donde los que dirigen la empresa son “gestores” (financieros, marketing, abogados, etc), los desarrolladores son empleados y los usuarios clientes.
Felizmente en los últimos años han surgido empresas que diseñan y fabrican toda la gama de computadores con Linux preinstalado, lo cual puede indicar una tendencia que está creciendo en forma significativa. Lamentablemente muchas de la deficiencias que se atribuyen a Linux, no son ciertas, son muchas las corporaciones que al construir un sistema monopólico y cerrado no crean drivers o programas para Linux, para evitar la “competencia” de los sistemas operativos libres. También debemos considerar cuestiones de seguridad, privacidad y anonimato, temas muy bien gestionados en el mundo Linux. Básicamente es una gran apuesta que nunca te defraudará y posee un inmenso futuro, desde un presente muy bien construido. Uno de los websites que aporta buena información es Distrowatch.com y Muy Linux (en castellano).
Daniel Mery
HackMadrid %27
HaskellMAD
BlockMAD
Planet Linux Caffe