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27
Ene

El retorno como nueva premisa de la Innovación abierta

Aunque no existe una única definición para el concepto de innovación abierta, una de las más extendidas es «el arte de desarrollar capacidades para innovar no sólo en los departamentos internos de investigación y desarrollo, sino a partir de la interacción (abierta) con el mercado en general, y en ecosistema de emprendedores en particular». (Prof. Herry Chesbrough. UC Berkeley).

La proliferación de nuevas tecnologías especialmente en los últimos años ha acelerado los procesos de integración entre las Grandes Empresas y las Startups, convirtiendo lo que antes era una tendencia, en una disciplina que en algunas partes del mundo como Silicon Valley ya forma parte de su cultura.

Innovar ya no es algo reservado para un departamento en concreto (I+D); se ha convertido en imperativo para prosperar. La innovación abierta va un paso más allá e implica colaboración y co-opetición (colaborar y competir), lo que resulta enriquecedor y potencia el espíritu de superación por dar entregables de más calidad; al mismo tiempo, favorece en enfoque que sitúa las necesidades del cliente en el centro.

La velocidad de los procesos de transformación en las organizaciones difiere, pero la evolución y los cambios disruptivos que están atravesando son una realidad. ¿Cuál es la clave para afrontar con éxito esta nueva etapa? La actitud positiva frente al cambio (cambio cultural) y una estrategia para monetizar las oportunidades y mejora de los márgenes a corto plazo (monetización de datos). Esto implica nuevas formas de medir y gestionar de forma inteligente los datos e indicadores para hacer frente a una descentralización y atomización de los servicios cada vez más acusadas.

Desde que irrumpe con fuerza la apuesta por la Digitalización, las nuevas Tecnologías y la innovación, podríamos decir que los objetivos e indicadores clave de desempeño (KPIs) de las empresas, han ido variando el foco:

  1. Innovar y lanzar iniciativas. La Era del Marketing – Foco en cantidad «cuanto más mejor»: el objetivo principal de las empresas era «ser visibles» y lanzar iniciativas al mercado. Para medir el éxito los KPIs se centraban en número de iniciativas lanzadas, número de contactos establecidos y relaciones públicas, número de eventos celebrados.
  2. Mostrar acción. La Era de la Colaboración y la Innovación abierta – Foco en diferenciación ganar reputación, imagen de marca»: el objetivo de las empresas evoluciona a mostrar acciones, pero desde una posición innovadora, abierta a la colaboración. Se ponen «de moda» las POCs (Pruebas de concepto) y las alianzas o acuerdos entre empresas para hacer proyectos que supongan hacer las cosas de forma diferente. En este contexto, los KPIs más relevantes pasan de centrarse en el simple indicador de cantidad (número), a ser más selectivos y denotar compromiso (número de POCs, inversión)
  3. Resultados. La Era del Retorno – Foco en rentabilidad y mejora de los márgenes. Los recursos son limitados y la coyuntura económica obliga a las empresas a fijar objetivos cada vez más exigentes de incrementar ingresos y reducir costes. Los KPIs que definen los objetivos se centran en volumen de ingresos derivados de nuevos productos/ servicios, reducción del OPEX, ingresos extraordinarios por ventas de un negocio y retorno obtenido.

Esto nos hace concluir que ya no es suficiente con innovar, ni tampoco colaborar; ni siquiera invertir grandes sumas de recursos financieros en transformación digital. Hay que cosechar resultados y todo esfuerzo debe tener un retorno.

Es necesario fijar objetivos, métricas y medir si se están alcanzando los resultados esperados. Una sistemática en la que prima una estrategia racional, orientada a la simplicidad y logros realizables en el tiempo, unida a un seguimiento y supervisión de indicadores y resultados facilita la sostenibilidad del sistema en general y de las empresas en particular. Incluso puede extrapolarse al plano de las personas y al ámbito social, más allá del sector específico en el que las empresas desempeñan su actividad. Este tipo de modelos duales que combinan los planos macro-micro y KPIs cuantitativos y cualitativos son más sofisticados y empiezan a situar la nueva frontera entre los que logran crecer y mejorar sus márgenes, y aquéllos que quedarán atrás por no capitalizar las oportunidades de monetización de sus propios indicadores de actividad.

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