Metaverso: ¿Distinguiremos la realidad de la ficción?
Metaverso: ¿Distinguiremos la realidad de la ficción?
Hoy muchos ya tenemos claro que el modelo económico, político, social, educacional y de relaciones está cambiando y un nuevo paradigma surge para finiquitar lo que hemos conocido durante mucho tiempo. Pero en todo cambio, se producen tiranteces, tensiones que generan daños colaterales, por lo que sería conveniente tratar a esta nueva realidad, con cierta mesura y serenidad.
La fiebre de las NFTs
Digo esto, porque he visto que hay gente que está comprando compulsivamente, tanto criptomonedas como NFTs, y no me parece mal, ojo, si están bien informados, si es gente que va a realizar un seguimiento de sus inversiones y si lo hace con un dinero que no necesita. Pero he llegado a ver, que hay gente que se descapitaliza, vendiendo propiedades en el pueblo, para entrar en este mundo porque tiene un amigo que le hace las inversiones.
Este tipo de comportamientos es censurable tanto en el mundo físico como en el crypto. Pongo un ejemplo. Si alguien invierte en Cardano, debería informarse de su sistema de gobernanza, cómo funciona su wallet y las compatibilidades con Ethereum, o cómo se va a mostrar de compatible con la estandarización de un id genérico y único de la Web 3.0. Otra pregunta podría ser si una blockchain como Cardano puede importar DNS y crear subdominios pudiendo tener su NFT al amparo del Sandbox regulatorio, actualizándose los nombres de ENS al estándar ERC-1155 NFT. Es bueno, preguntarse si existe la posibilidad de crear Smart contracts o incluso DeFis. O cómo se ha decidido optimizar todo el sistema Exchange entre blockchains mediante el uso, o no, de transacciones paquetizadas, que aunque pueden retrasar un poquito más ese intercambio, sin embargo se reducen mucho más las comisiones.
Pero es importante tener en cuenta todo esto, no solo para Cardano o el resto de blockchain que tienen también sus cryptomonedas, etc…, sino para todas aquellas blockchain que todavía no existen y que en los próximos años surgirán. Porque necesidades van a existir y muchas, y acabarán siendo cubiertas por esas nuevas blockchain…o no. Del éxito al fiasco hay un paso. Y aquí debemos estar bien despiertos acerca de dónde vamos a invertir nuestro dinero virtual.
«El lado oscuro» del Metaverso
Y en este Metaverso en el que poco a poco nos cuentan para irnos introduciendo, quiero predecir con un ejemplo una posible situación que pudiera darse sobre todo con las personas mayores y cuando irremisiblemente todos lleguemos a esas edades. No pretendo ser pesimista, pero sí mostrar una realidad tecnológica, que puede no ayudar y que debemos ver, con el fin de que esa realidad ayude de verdad a una gente mayor cada vez más sola, pero cada vez más conectada a la tecnología. Si los niños son carne de cañón en cuanto a adicciones tecnológicas, y sobre todo después de la pandemia, las personas mayores se podrían encontrar con una situación parecida.
Hoy para vivir en el metaverso de entretenimiento, (no todo el metaverso está enfocado a entretenimiento por supuesto), nos ponemos dispositivos como gafas, lentes, etc…, que para ser sincero es bastante incómodo y más para una persona mayor, pero si estás feliz… importará? Es posible que algún Elon Musk del próximo futuro esté pensando en algo más allá como implantes en el cerebro, que mediante un simple switch cambiemos del mundo real al metaverso. He dicho antes felicidad?, quién va a tener suficiente peso moral para decirle a una persona mayor, ten cuidado con el metaverso!!!!!, cuando la propia sociedad ha podido dejarle de lado en muchos aspectos del día a día. Es duro pensarlo, pero todo es un negocio, y los diseñadores de ese mundo están pensando en todo momento, cómo atrapar al usuario más y más. Una persona mayor necesita socializar, tomar el sol, hacer ejercicio como es pasear, escuchar el ambiente, ver gente, mientras pasa la vida. Pero todos tendemos a la comodidad y los mayores se pueden buscar excusas más fácilmente que el resto, para engañándose a sí mismos, quedarse en casa un poquito más, restando ese tiempo a actividades que metódicamente realizaban antes.
Nuestro sistema de neuromoduladores, esos químicos que nos generan sinapsis, como la acetilcolina, dopamina o serotonina, pueden jugar una mala pasada o unos malos hábitos a nuestros mayores, que repito, mañana seremos nosotros.
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Hoy chispea. No me apetece salir. Me quedo en casa y así sigo conectado al metaverso, con mis “amigos”, que uno de ellos se ha generado un avatar tan real que parece ser él mismo.
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Hoy está tan entretenido nuestro juego que me voy a quedar una hora más en el metaverso. Aunque debería hacer la comida, si acaso pico algo ligero.
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Hoy he conocido a nuevos “amigos/amigas” y hemos hecho un viaje a una playa en la que estábamos solos. Dejaré el paseo matutino para mañana, porque me lo estoy pasando genial.
Y así, excusa tras excusa, la adicción sigue creciendo. El cerebro se habitúa a necesitar más generación de las citadas sustancias químicas antes mencionadas, porque se encuentra bien, porque es “feliz” y las demanda produciendo una ansiedad en la persona si no tiene delante lo que necesita. Y además, esa persona cada vez se va viendo algo más torpe a nivel físico por la falta de ejercicio, la alimentación desequilibrada en nutrientes y a deshora e incluso falta de sueño. Quién controla a estas personas? El metaverso? El metaverso los controlará de otra forma, de eso no tengáis duda.
No estoy en contra de este nuevo paradigma, pero quiero hacer ver que hay peligros como los está habiendo con los smartphones. Tenemos un corazón para bombear sangre a todos nuestros rincones de nuestro cuerpo, no solo el cerebro. Potenciar uno y deteriorar el resto es mala solución y más por una falsa felicidad. Pero seguro qué es falsa? Cuál es el peligro de un mayor? Vivir como la sociedad dice, aunque eso genere tristeza y depresiones ante el bombardeo mediático, o vivir como ha elegido ese mayor en el metaverso donde se siente feliz y acompañado, aunque físicamente se deteriore sin ser consciente?
Es necesario empezar a debatir sobre estos temas, si no queremos que nos arrollen y entremos en el metaverso, como hemos entrado en el mundo de los smartphones. La diferencia es que el metaverso es mucho más inmersivo y nuestro cerebro puede dejarse llevar y no distinguir de forma consciente realidad y ficción. Pero cuál será la realidad y cuál la ficción? Dónde nos iremos apagando más, en un mundo del metaverso, o en un mundo real como el actual, bien sea solos, o viendo a los nietos por whatsapp, o comprando online… cuando todos seamos mayores?