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May

Transformación digital: una puerta a involucionar la organización

Según Observatorio.digital.com, la utilización progresiva y ascendente de los modelos de transformación digital en las organizaciones españolas, podría aumentar el valor de la propia economía española en 120000 millones para el año 2025, además de reducir los costes entre un 10 % y un 20 %.

Los datos del 2019 no arrojan precisamente una valoración positiva, mucho menos optimista: España ocupa el lugar 45 en el ranking de la economías más digitalizadas del mundo. Lo curioso es que los indicadores muestran una realidad preocupante, máxime si tenemos en cuenta el factor claramente negativo y amenazante para los próximos meses, como es el efecto multiplicador del Covid-19.

De las encuestas realizadas a empresas, un 62% no contaba, a día de hoy, con una estrategia digital, y apenas un 26% no tiene entre sus prioridades, contar con la figura, básica en los momentos actuales, de un responsable digital, CDO (Chief data officer) o CIO (Chief Information Officer) en la organización.

Pero todavía más preocupante, aún si cabe, es que el 20% de las empresas no forman a sus trabajadores, en aspectos imprescindibles como la digitalización y las nuevas tecnologías.

Miedo o pavor da, el hecho de saber que la competitividad de los próximos meses y años de las empresas españolas, estará muy por debajo de la media internacional, lo que nos restará capacidad de negociación, incapacidad para competir en mercados altamente tecnificados, automatizados y digitalizados, y a años luz de economías como la china, la norteamericana, o la finlandesa, por citar a líderes de la innovación tecnológica.

Si a este panorama desolador, le unimos la dependencia, casi inevitable, del turismo y del consumo interno para crecer, las empresas españolas lo tienen muy muy crudo. Si unimos a todo este marasmo de negatividad, la escasa apreciación de medidas reales y prácticas, además de rápidas y efectivas, tomadas por organismos gubernamentales, el cóctel, cuando menos, es altamente explosivo. Básicamente, la mecha ya se ha encendido, y poco o casi nada, puede retardar la explosión, y sus devastadores efectos.

¿Es posible revertir la situación?.

La respuesta inmediata sería: ¡pues claro!

El principal inconveniente es el desconocimiento, la falta de timón y sobre todo, la desconfianza en que esta crisis, por la baja utilización de tecnologías innovadoras, pueda convertirse en una oportunidad.

Oportunidad que ya están utilizando emprendedores, casi aventureros extremos, que en estos momento, ponen la innovación, la creatividad y la transformación digital, como ejes de su estrategia de presente, pero sobre todo, de futuro.

En conclusión: el cambio que necesitamos en la empresa española, debe de empezar a gestionarse ya. Cambios a todos los niveles: percepción de la productividad, de la necesidad de mejora en formación de los empleados, directivos y accionistas de las compañías, de incorporar nuevas herramientas que mejoren de forma clara y práctica los procesos, procedimientos y los roles profesionales, y sobre todo, una nueva forma de pensar.

Si algo bueno ha traído esta crisis, entre todo lo malo, ha sido la creencia de que las cosas, a nivel empresarial, deben ir cambiando, y más pronto que tarde. Los expertos de todo el mundo señalan que para este año 2020, podrían desaparecer entre 10 y 15 millones de negocios en el mundo. Y parece que la cifra se puede quedar corta…

Es importante recalcar, que en España, las empresas tienen acceso al crédito de Fundae para formar a sus empleados. Todavía sigo asistiendo a cursos de iniciación a Excel, PowerPoint, OneNote… Sin tener nada en contra, por supuesto, la sensación que me ofrece es que la idea de la transformación digital, sigue siendo una entelequia, algo que no ha calado lo suficiente en las organizaciones, que siguen en su día a día, desconociendo (o casi rechazando) la idea de que las cosas no volverán a ser como antes. Que el cliente es único, ultra competitivo y cada vez más difícil de conseguir, rentabilizar y fidelizar.

Que se lo digan a una gran empresa, con millones de clientes, que ha presentado la quiebra motivada por la situación actual. Me estoy refiriendo a Avianca, la todopoderosa compañía aérea que hace unos años, dominaba los cielos latinoamericanos.

La falta de capacidad de maniobra, por modelos de negocio unidireccionales, puede ser la causa de la mortandad presente, y futura, de miles de negocios. La falta de visión, enfoque y sobre todo innovación y capacidad de cambio, no muestra un panorama precisamente ideal.

Veremos en los próximos meses, qué compañías dan el giro necesario. Ah, y se me olvidaba. Creo que es innecesario decir, que las empresas sólo son marcas y activos comerciales. Detrás de ellas, sólo hay personas que toman decisiones, algunas de ellas, bastante mejor que otras…

 

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